Para muchos es una burbuja que pronto va a prorrumpir. Tal vez me equivoque, pero creo que todo es mera especulación y el bitcoin se desplomará pronto, pues ya enriqueció a quien conviene hacer este tipo de alardes para que la masa caiga y haga compras de “oportunidad” y se lleve una musculoso sorpresa próximamente.
El bitcoin ha disfrutado de una semana récord luego de que el fabricante de automóviles eléctricos Tesla y los gigantes financieros de Wall Street provocaron una fiebre del oro por la moneda potencial más well-liked del mundo, pero, reitero, persisten los temores de la burbuja.
Mucha masa, sin olvidar a los grandes inversionistas de megacorporaciones, se han conocido atraídos por el crecimiento vertiginoso y la oportunidad de diversificación de activos y beneficios. Recordemos que la semana pasada, el martes, el bitcoin superó los 50 mil dólares luego de una semana en la que Tesla invirtió 1.5 mil millones en dicha moneda y prometió que los clientes podrían usarlo para comprar vehículos. Por otro flanco, tanto el sotabanco BNY Mellon de Nueva York como el coloso de tarjetas de crédito, MasterCard, anunciaron planes para respaldar la moneda potencial.
¿No le suena a que, delante la caída de la bienes mundial y la traspaso, por ejemplo, de automóviles, los grandes capitalistas del mercado, como Elon Musk, buscan hacerse de caudal de cualquier forma para continuar con sus negocios y, delante la oportunidad de inflar una moneda digital que no está regulada ni tiene ningún activo detrás para soportarla, se comiencen a realizar estas inversiones desmedidas?
A mediados de la semana, la criptomoneda saltó más parada, superando los 52 mil dólares luego de que el cíclope de fondos de inversión BlackRock además confirmara un impulso alrededor de el sector en auge. Sin requisa, el asombroso encumbramiento del bitcoin de esta semana ha provocado renovados temores de una gran burbuja que el mercado había experimentado por última vez hace cuatro abriles.
La firma estadunidense de software MicroStrategy anunció planes, el pasado miércoles, para traicionar bonos convertibles para comprar más bitcoins, lo que generó sorpresa en algunos sectores.
Si los fundamentos de las empresas van a estar estrechamente vinculados a los movimientos en bitcoin porque de repente se han convertido en especuladores laterales, estaremos en comarca de burbujas ayer de que nos demos cuenta, y muchos van a perder cuando comiencen a reventar. De ahí que les diga que hay que tener cuidado con el bitcoin.
Si muchos recuerdan, la moneda potencial había aparecido anteriormente en los titulares de los medios en 2017, luego de subir de menos de mil dólares, en enero, a casi 20 mil, en diciembre del mismo año.
La burbuja potencial estalló con el valencia de bitcoin y fluctuó enormemente ayer de hundirse por debajo de los cinco mil dólares en octubre de 2018.
Todos estamos de acuerdo en que el bitcoin es un activo increíblemente volátil y muy riesgoso. Sin requisa, ya se ha dicho que colapsaría y todavía está ahí. No es que si revienta la burbuja va a desaparecer, pero si hay que tener cuidado en no creer que es la alternativa al peculio y situar todo en ella.
Un bitcoin vale, actualmente, cinco veces más de lo que valía el año preliminar y el valencia combinado de todas las unidades en circulación world-wide es de casi mil millones de dólares. Yo concuerdo en que esta moneda es una dispositivo financiera nueva e innovadora para el futuro, pero debe regularse para evitar sorpresas.
Muchas empresas e inversionistas ven al bitcoin como el “nuevo oro digital” para diversificar activos y acogerse contra la inflación, pero, ¿qué pasará cuando esta moneda se agregue al oscilación de los bancos centrales? De hecho, varios han anunciado planes para unidades digitales respaldadas por bancos, pero son muy escépticos sobre el bitcoin conveniente a su naturaleza sombría y al hecho de que sigue sin estar regulado.
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